Hace unos meses, en mayo, Luis Sábat, editor de Elipsis Ediciones, se puso en contacto conmigo en la dirección de correo que tengo en mi perfil de Blogger: "Si me das una dirección postal te regalo un libro". La verdad es que los profesores ya estamos acostumbrados a que las editoriales nos regalen libros, pero en mano, vía el representante de turno. Los blogs están cambiando los usos ... también en esto.
Dicho y hecho, en dos o tres días recibí un ejemplar de Diarios de la Calle, de Erin Gruwell y los Freedom Writers. Le prometí al Sr. Sábat que me leería el libro en cuanto pudiese, y le haría una reseña. No he podido hasta ahora, otros menesteres me mantenían ocupada estos meses. Sí pude leer la que escribió Carlos Cabanillas, pues él sí hizo los deberes en mayo.
Diarios de la calle es una recopilación de escritos de clase de los alumnos de Erin Gruwell (autoproclamados Freedom Writers), profesora de lengua inglesa en un instituto de secundaria en Long Beach, California, y de algunos de ella misma, a modo de introducción de cada curso escolar.
En su clase, como en la calle, alumnos de diferentes razas y nacionalidades se organizan en bandas (de asiáticos, de latinos, de negros) y se tienen declarada una guerra de violencia, racismo e intolerancia. Tomando como punto de partida la lectura del Diario de Ana Frank primero, y del Diario de Zlata después, los alumnos de Gruwell encontrarán en la escritura de su día a día un refugio para ampararse de la guerra, que además les sirva de catarsis.
El libro impresiona no tanto por su calidad literaria, (por supuesto, se trata de escritos de adolescentes) sino por su parte humana, ya que los alumnos de Miss Gruwell son la clase de los "alumnos rezagados" según reza la traducción, pero que se puede asimilar fácilmente a lo que, al menos en Catalunya, conocemos como UAC (Unidad de Atención Curricular), Aula Oberta, o cualquier otro eufemismo de turno. La profesora americana nos recuerda que las palabras tienen un gran poder, y que las etiquetas pueden resultar muy peligrosas para los que las llevan colgadas. Erin Gruwell consiguió que sus alumnos rezagados se graduasen y fuesen a la universidad y luego fundó la Freedom Writers Foundation para seguir ayudando a adolescentes desfavorecidos.
Por supuesto, Diarios de la calle es un libro norteamericano, y su versión cinematográfica (creo ya está en DVD para verla) debe ser una película norteamericana. Con ello quiero decir que para nosotros puede resultar un tanto exagerado. Por suerte, nuestros alumnos no se organizan en bandas por colores para matarse a balazos en la gasolinera de la esquina. No obstante la propuesta didáctica que hay detrás del libro, educar mediante la escritura de diarios personales, sí me parece interesante.
La editorial Elipsis quiere promover una iniciativa titulada "Una página en blanco", de la que Luis Sábat prometió darme más cuenta en septiembre, y en la que, parece ser, estarán implicados organismos como el ICE de Barcelona y el diario El País. Si la propuesta resulta ser interesante, nos sumaremos.
El tráiler de la película en Youtube:
Dicho y hecho, en dos o tres días recibí un ejemplar de Diarios de la Calle, de Erin Gruwell y los Freedom Writers. Le prometí al Sr. Sábat que me leería el libro en cuanto pudiese, y le haría una reseña. No he podido hasta ahora, otros menesteres me mantenían ocupada estos meses. Sí pude leer la que escribió Carlos Cabanillas, pues él sí hizo los deberes en mayo.
Diarios de la calle es una recopilación de escritos de clase de los alumnos de Erin Gruwell (autoproclamados Freedom Writers), profesora de lengua inglesa en un instituto de secundaria en Long Beach, California, y de algunos de ella misma, a modo de introducción de cada curso escolar.
En su clase, como en la calle, alumnos de diferentes razas y nacionalidades se organizan en bandas (de asiáticos, de latinos, de negros) y se tienen declarada una guerra de violencia, racismo e intolerancia. Tomando como punto de partida la lectura del Diario de Ana Frank primero, y del Diario de Zlata después, los alumnos de Gruwell encontrarán en la escritura de su día a día un refugio para ampararse de la guerra, que además les sirva de catarsis.
El libro impresiona no tanto por su calidad literaria, (por supuesto, se trata de escritos de adolescentes) sino por su parte humana, ya que los alumnos de Miss Gruwell son la clase de los "alumnos rezagados" según reza la traducción, pero que se puede asimilar fácilmente a lo que, al menos en Catalunya, conocemos como UAC (Unidad de Atención Curricular), Aula Oberta, o cualquier otro eufemismo de turno. La profesora americana nos recuerda que las palabras tienen un gran poder, y que las etiquetas pueden resultar muy peligrosas para los que las llevan colgadas. Erin Gruwell consiguió que sus alumnos rezagados se graduasen y fuesen a la universidad y luego fundó la Freedom Writers Foundation para seguir ayudando a adolescentes desfavorecidos.
Por supuesto, Diarios de la calle es un libro norteamericano, y su versión cinematográfica (creo ya está en DVD para verla) debe ser una película norteamericana. Con ello quiero decir que para nosotros puede resultar un tanto exagerado. Por suerte, nuestros alumnos no se organizan en bandas por colores para matarse a balazos en la gasolinera de la esquina. No obstante la propuesta didáctica que hay detrás del libro, educar mediante la escritura de diarios personales, sí me parece interesante.
La editorial Elipsis quiere promover una iniciativa titulada "Una página en blanco", de la que Luis Sábat prometió darme más cuenta en septiembre, y en la que, parece ser, estarán implicados organismos como el ICE de Barcelona y el diario El País. Si la propuesta resulta ser interesante, nos sumaremos.
El tráiler de la película en Youtube:
Comentarios
Ignoro si lo leeré, no me atrae -de momento-. Pero sí que estoy interesada en conocer la propuesta de la que hablas, pues este curso vamos a recomendar El diario de Zlata a nuestros alumnos.
Bueno, sé que bastará con leerte para saberlo.